SIEmpre con nuestras compañeras
«Soy mujer. Y un entrañable calor me abriga cuando el mundo me golpea. Es el calor de las otras mujeres, de aquellas que hicieron de la vida este rincón sensible, luchador, de piel suave y corazón guerrero».
Alejandra Pizarnik.
Este 8 de marzo celebramos un nuevo Día Internacional de la Mujer, un reconocimiento que no debería limitarse a 24 horas, sino extenderse a la cotidianidad laboral, sindical, social y familiar.
Aunque se ha avanzado, todavía queda mucho por hacer en este camino. Según datos de la última encuesta de estructura salarial desarrollada por el INE, el salario medio anual de un hombre en un puesto a tiempo completo en España es alrededor de 1.800 euros mayor que el de una mujer.
Por otra parte, la representación femenina en los consejos administrativos de las empresas del IBEX 35 llega solamente a un 41,3 %.
En el ámbito laboral, la brecha de género comienza incluso ANTES de tener un trabajo. Según datos oficiales, en 2024, la tasa de empleo femenina fue del 53,90 %, diez puntos porcentuales menor que la masculina.
Una vez dentro del mercado laboral, la mujer sigue experimentando en muchas ocasiones esta brecha de género. Un reciente informe del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) la atribuye a factores laborales y socioculturales, como los estereotipos tradicionales de género que asignan las mujeres perfiles de cuidado y administrativos, y a los hombres, roles de liderazgo y responsabilidad. Además de la segregación horizontal (concentración desproporcionada en determinados sectores) y la vertical (menor presencia femenina en la alta dirección); junto al impacto negativo de la maternidad en la carrera profesional, la mayor precariedad laboral (más contratos temporales y a tiempo parcial); la falta de transparencia en las retribuciones y los complementos salariales, agravados ―en el ámbito familiar― por la escasa corresponsabilidad en las tareas domésticas y de cuidado.
Desde SIE queremos reafirmar hoy ―y todos los días― nuestra defensa de la igualdad, la equidad, la conciliación y el lugar que nuestras compañeras merecen para que su talento, inteligencia, fuerza y generosidad sigan enriqueciendo nuestras empresas y nuestras vidas.